SAN IGNACIO DE MOXOS, MUESTRA ORGULLOSA POR QUÉ ES LA ‘CAPITAL FOLCLÓRICA
DE BENI’
Cultura. No se trata sólo de
danzas, también cuenta con un archivo de música barroca misional y con una
escuela y coro para interpretarla.
Desde su fundación como misión
jesuítica, el 1 de noviembre de 1689, en San Ignacio de Loyola, ahora de Moxos,
sus habitantes demostraron sus dotes artísticas y coreográficas que ahora le ha
valido ser reconocida como la ‘capital folclórica de Beni’. Cuando se inauguró
el templo en el primer asentamiento situado a 15 kilómetros al
sudoeste de su actual ubicación, más de 100 personas disfrazadas de animales de
la selva, así como de los astros que adoraban como dioses, bailaron en una
colorida y alegre procesión lo que impresionó a los seguidores de la Compañía
de Jesús que se vieron motivados para incentivar la música y otras expresiones
artísticas en los neófitos moxeños.
Hoy, casi 320 años después, San
Ignacio de Moxos lucha porque el mundo la reconozca como Patrimonio Cultural
que preserve e incentive su folclore ante las constantes influencias del mundo
globalizado donde las culturas con menos difusión corren el riesgo de ser
distorsionadas e incluso desaparecer.
Si bien los esfuerzos locales por
la preservación del rico patrimonio cultural, que es digno de orgullo del
propio departamento beniano, son muchos en especial de parte del Cabildo
Indigenal que es el depositario de toda esta riqueza que ha sabido mantenerla vigente, pero se
necesita el aval del Gobierno y por qué no de instituciones internacionales
como la UNESCO para darle mayor impulso al desarrollo del turismo en esas
cálidas y olvidadas regiones bolivianas.
El 26 de julio de 1972, a sólo cinco días de
la fiesta patronal ignaciana, se organizó el primer elenco folclórico local con
la finalidad de preservar en su esencia más pura las danzas y danzarines,
además de la música autóctona. El director del cuerpo de baile fue Luis Rivero
Parada, maestro de secundaria y entusiasta cultor de diversas manifestaciones
culturales en la región.
En conmemoración de los 150 años
de la República, en 1975, la Dirección Distrital de Educación de Beni organizó
en Trinidad un festival con el propósito de conocer las diversas
manifestaciones folclóricas en cada una de las provincias benianas. La
delegación ignaciana salió airosa luego de presentar, en pequeños grupos, la
mayoría de los bailes típicos que son interpretados no sólo en su fiesta
patronal , si no también en importantes festividades religiosas como la Navidad
y la Semana Santa.
Fue así que la capital
departamental y las demás provincias, además del resto de Bolivia, comenzaron a
conocer que San Ignacio de Moxos no sólo tenía el mejor y más completo elenco
de macheteros, tontochis o chiripíerus, que es la danza por antonomasia
beniana, sino que era grande la variedad de grupos folclóricos digno de
destacarse.
Fue por ello que también se
conocieron los achus o abuelos, los judíos, los toritos, los ciervos, los
ovejos, los caballos, los tigres, los chiñisiris, los pigmeos, las mascaritas,
los chunchos, los angelitos, Juan y Juana Tacora, el sol, la luna y las
estrellas, el japutuqui, el tintiririnti, el sipasiñeque, el cavito cusiri, el
sarao, los pusimirá, las panderetas, el yaguarito, el puri, el tamucumirá, el
jucumari, el ayacuruchu, ajúcharaqui, las moperitas, las abadesas y los
canitsianas. Esta danzas son infaltables en la procesión que inicia la fiesta
patronal el 30 de julio por la tarde, la misma que recorre tres kilómetros
alrededor del pueblo.
Para las fiestas de fin de año,
como Navidad, los Santos Inocentes, Año Nuevo y los Santos Reyes Magos hay otro
tipo de danzas como los Herodes que recrean la búsqueda y posterior matanza de
niños en Belén en la búsqueda de sacrificar al rey de los judíos: Jesús.
También en el día de San Silvestre, el 30 de diciembre, aparecen los danzarines
conocidos como San Manuel que están ataviados con cuero de vacuno sin curtir para
autoflagelarse.
El día de Reyes son representados
los tres magos que llegaron del oriente a adorar al niño Jesús, los acompañan
sus séquitos o comitivas los cuales venden toda clase de mercadería y satirizan
muchas situaciones ocurridas en el pueblo.
La última parte de esta
festividad se conoce como el ‘barco’ que se festeje el domingo inmediato a
Reyes. Los personajes con aspecto satírico representan a los últimos visitantes
que llegaron a rendir tributo al niño Dios. Caminan al son de una marcha y una vez
dentro del templo cantan unas coplas en portugués o gallego.
En cuanto a la Semana Santa ésta es
muy conocida por la rigurosidad como se la escenifica. En ella
son los judíos o guardia pretoriana romana los principales actores, los cuales
resguardan la imagen del crucifijo y las demás representaciones sacras, a los
penitentes que cargan pesadas cruces de más de 60 kilos cada una.
Por todo ésto, con justeza en
1975 fue declarada Capital Folclórica del Beni, título que fue oficializado
mediante la resolución Nº
06/2000 del 30 de marzo de 2000 del Consejo Departamental a iniciativa del
entonces consejero departamental por Moxos, Luis Rivero Parada.
Pero, San Ignacio no es sólo
danzas, también se convirtió en la cuna de la música barroca inculcada por los
jesuitas a los nativos entres los siglos XVII y XVIII, pues los viejos maestros
de capilla, todos indígenas, por generaciones guardaron los folios con los
valiosos pentagramas y en los últimos años la parroquia católica comenzó a
recolectarlos para formar el Archivo Musical de Moxos, el mismo que ya tiene
cerca de 5.000 hojas.
Asimismo, para precautelar que no
desaparezca esta música sacra desde 1996 San Ignacio de Moxos cuenta con una
escuela de música y un coro el mismo que ha dado la vuelta a América y Europa
con sus interpretaciones. Este proyecto ya dio sus primeros frutos al convertir
en verdaderos maestros de música a sus antiguos alumnos, los mismos que dan
clases en diversos institutos y universidades benianas.
Tampoco se debe olvidar que
conserva en pie el único templo que construyeron los jesuitas en la región
moxeña. Este monumento fue restaurado hace una década y necesita del aporte de
las autoridades locales, departamentales y nacionales para que sea conservado y
explotado turísticamente.
En 1997 congresistas venidos de
países como Brasil, Argentina, Paraguay, Chile y de regiones como Santa Cruz y
Chiquitos la reconocieron como la Capital Espiritual de las Misiones del Conosur
Sudamericano por su riqueza cultural, antropológica y arquitectónica.
Aunque falta mucho en
infraestructura hotelera, San Ignacio de Moxos, con sus 15.000 habitantes,
espera cada año a los miles de turistas nacionales y extranjeros para que
conozcan su sabiduría popular, esperando el aporte de algún visionario que se
anime a invertir en ella.
Datos para conocer
San Ignacio de Moxos está situado
a 88 km
al oeste de Trinidad, para llegar a esa localidad se va por un camino de tierra
estable que sólo es transitado de mayo a diciembre.
A menos de 1.500 metros del
pueblo se encuentra la
Laguna Isireri, un espejo de agua de 30 Km2 que tiene una
hermosa leyenda de espíritu tutelar que protege. Además, en ella se encuentra
un santuario de fauna silvestre, en especial de aves que tienen sus nidos en la
ribera del Arroyo Ancho.
La escuela de música de San
Ignacio cuenta con su propio edificio y teatro acústico para apreciar mejor los
conciertos de los alumnos.
Otros atractivos turísticos
cercanos son los diversos ríos que recorren la geografía moxeña como el Apere,
Museruna, Tijamuchí, Cuverene, Matos, Sénero y otros.
Cuenta con 10 establecimientos de
hospedaje entre residenciales y alojamientos los mismos que tienen su temporada
alta para la fiesta patronal, en la última semana de julio y principios de
agosto de cada año.
Autor. Igor Ruiz Zelada
Código 1734207
Carrera: Gestión del Turismo
Autor. Igor Ruiz Zelada
Periodista del Periódico El Deber
Estudiante de la UPDS
- Carrera: Gestión del Turismo