martes, 24 de diciembre de 2013




SAN IGNACIO DE MOXOS, MUESTRA ORGULLOSA POR QUÉ ES LA ‘CAPITAL FOLCLÓRICA DE BENI’



Cultura. No se trata sólo de danzas, también cuenta con un archivo de música barroca misional y con una escuela y coro para interpretarla.

Desde su fundación como misión jesuítica, el 1 de noviembre de 1689, en San Ignacio de Loyola, ahora de Moxos, sus habitantes demostraron sus dotes artísticas y coreográficas que ahora le ha valido ser reconocida como la ‘capital folclórica de Beni’. Cuando se inauguró el templo en el primer asentamiento situado a 15 kilómetros al sudoeste de su actual ubicación, más de 100 personas disfrazadas de animales de la selva, así como de los astros que adoraban como dioses, bailaron en una colorida y alegre procesión lo que impresionó a los seguidores de la Compañía de Jesús que se vieron motivados para incentivar la música y otras expresiones artísticas en los neófitos moxeños.
Hoy, casi 320 años después, San Ignacio de Moxos lucha porque el mundo la reconozca como Patrimonio Cultural que preserve e incentive su folclore ante las constantes influencias del mundo globalizado donde las culturas con menos difusión corren el riesgo de ser distorsionadas e incluso desaparecer.
Si bien los esfuerzos locales por la preservación del rico patrimonio cultural, que es digno de orgullo del propio departamento beniano, son muchos en especial de parte del Cabildo Indigenal que es el depositario de toda esta riqueza  que ha sabido mantenerla vigente, pero se necesita el aval del Gobierno y por qué no de instituciones internacionales como la UNESCO para darle mayor impulso al desarrollo del turismo en esas cálidas y olvidadas regiones bolivianas.
El 26 de julio de 1972, a sólo cinco días de la fiesta patronal ignaciana, se organizó el primer elenco folclórico local con la finalidad de preservar en su esencia más pura las danzas y danzarines, además de la música autóctona. El director del cuerpo de baile fue Luis Rivero Parada, maestro de secundaria y entusiasta cultor de diversas manifestaciones culturales en la región.
En conmemoración de los 150 años de la República, en 1975, la Dirección Distrital de Educación de Beni organizó en Trinidad un festival con el propósito de conocer las diversas manifestaciones folclóricas en cada una de las provincias benianas. La delegación ignaciana salió airosa luego de presentar, en pequeños grupos, la mayoría de los bailes típicos que son interpretados no sólo en su fiesta patronal , si no también en importantes festividades religiosas como la Navidad y la Semana Santa.
Fue así que la capital departamental y las demás provincias, además del resto de Bolivia, comenzaron a conocer que San Ignacio de Moxos no sólo tenía el mejor y más completo elenco de macheteros, tontochis o chiripíerus, que es la danza por antonomasia beniana, sino que era grande la variedad de grupos folclóricos digno de destacarse.
Fue por ello que también se conocieron los achus o abuelos, los judíos, los toritos, los ciervos, los ovejos, los caballos, los tigres, los chiñisiris, los pigmeos, las mascaritas, los chunchos, los angelitos, Juan y Juana Tacora, el sol, la luna y las estrellas, el japutuqui, el tintiririnti, el sipasiñeque, el cavito cusiri, el sarao, los pusimirá, las panderetas, el yaguarito, el puri, el tamucumirá, el jucumari, el ayacuruchu, ajúcharaqui, las moperitas, las abadesas y los canitsianas. Esta danzas son infaltables en la procesión que inicia la fiesta patronal el 30 de julio por la tarde, la misma que recorre tres kilómetros alrededor del pueblo.
Para las fiestas de fin de año, como Navidad, los Santos Inocentes, Año Nuevo y los Santos Reyes Magos hay otro tipo de danzas como los Herodes que recrean la búsqueda y posterior matanza de niños en Belén en la búsqueda de sacrificar al rey de los judíos: Jesús. También en el día de San Silvestre, el 30 de diciembre, aparecen los danzarines conocidos como San Manuel que están ataviados con cuero de vacuno sin curtir para autoflagelarse.
El día de Reyes son representados los tres magos que llegaron del oriente a adorar al niño Jesús, los acompañan sus séquitos o comitivas los cuales venden toda clase de mercadería y satirizan muchas situaciones ocurridas en el pueblo.
La última parte de esta festividad se conoce como el ‘barco’ que se festeje el domingo inmediato a Reyes. Los personajes con aspecto satírico representan a los últimos visitantes que llegaron a rendir tributo al niño Dios. Caminan al son de una marcha y una vez dentro del templo cantan unas coplas en portugués o gallego.
En cuanto a la Semana Santa ésta es muy conocida por la rigurosidad como se la escenifica. En ella son los judíos o guardia pretoriana romana los principales actores, los cuales resguardan la imagen del crucifijo y las demás representaciones sacras, a los penitentes que cargan pesadas cruces de más de 60 kilos cada una.
Por todo ésto, con justeza en 1975 fue declarada Capital Folclórica del Beni, título que fue oficializado mediante la resolución Nº 06/2000 del 30 de marzo de 2000 del Consejo Departamental a iniciativa del entonces consejero departamental por Moxos, Luis Rivero Parada.
Pero, San Ignacio no es sólo danzas, también se convirtió en la cuna de la música barroca inculcada por los jesuitas a los nativos entres los siglos XVII y XVIII, pues los viejos maestros de capilla, todos indígenas, por generaciones guardaron los folios con los valiosos pentagramas y en los últimos años la parroquia católica comenzó a recolectarlos para formar el Archivo Musical de Moxos, el mismo que ya tiene cerca de 5.000 hojas.
Asimismo, para precautelar que no desaparezca esta música sacra desde 1996 San Ignacio de Moxos cuenta con una escuela de música y un coro el mismo que ha dado la vuelta a América y Europa con sus interpretaciones. Este proyecto ya dio sus primeros frutos al convertir en verdaderos maestros de música a sus antiguos alumnos, los mismos que dan clases en diversos institutos y universidades benianas.
Tampoco se debe olvidar que conserva en pie el único templo que construyeron los jesuitas en la región moxeña. Este monumento fue restaurado hace una década y necesita del aporte de las autoridades locales, departamentales y nacionales para que sea conservado y explotado turísticamente.
En 1997 congresistas venidos de países como Brasil, Argentina, Paraguay, Chile y de regiones como Santa Cruz y Chiquitos la reconocieron como la Capital Espiritual de las Misiones del Conosur Sudamericano por su riqueza cultural, antropológica y arquitectónica.
Aunque falta mucho en infraestructura hotelera, San Ignacio de Moxos, con sus 15.000 habitantes, espera cada año a los miles de turistas nacionales y extranjeros para que conozcan su sabiduría popular, esperando el aporte de algún visionario que se anime a invertir en ella.

Datos para conocer
San Ignacio de Moxos está situado a 88 km al oeste de Trinidad, para llegar a esa localidad se va por un camino de tierra estable que sólo es transitado de mayo a diciembre.
A menos de 1.500 metros del pueblo se encuentra la Laguna Isireri, un espejo de agua de 30 Km2 que tiene una hermosa leyenda de espíritu tutelar que protege. Además, en ella se encuentra un santuario de fauna silvestre, en especial de aves que tienen sus nidos en la ribera del Arroyo Ancho.
La escuela de música de San Ignacio cuenta con su propio edificio y teatro acústico para apreciar mejor los conciertos de los alumnos.
Otros atractivos turísticos cercanos son los diversos ríos que recorren la geografía moxeña como el Apere, Museruna, Tijamuchí, Cuverene, Matos, Sénero y otros.
Cuenta con 10 establecimientos de hospedaje entre residenciales y alojamientos los mismos que tienen su temporada alta para la fiesta patronal, en la última semana de julio y principios de agosto de cada año.

Autor. Igor Ruiz Zelada
Código 1734207
Carrera: Gestión del Turismo
Autor. Igor Ruiz Zelada
Periodista del Periódico El Deber
Estudiante  de la UPDS - Carrera: Gestión del Turismo

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